¡Por supuesto, que es posible viajar con un bebé! Aunque no lo vamos a negar, viajar con un bebé puede presentar su propio conjunto único de obstáculos, especialmente cuando es la primera vez.
Además de eso, todos tienen una opinión sobre la forma correcta e incorrecta de viajar con su familia.
Como madre, sé que los bebés necesitan una rutina. Puedes estar pensando en cómo vas a lograrlo si cuando viajamos, toda la rutina cambia. ¿Cómo un ser tan pequeño va a poder tolerar tantos cambios, si a a nosotros como adultos muchas veces nos cuesta adaptarnos a ellos?
Para ello debemos tener claro que vivimos rodeados de cambios constantes y cómo padres vamos a ir descubriendo que continuamente debemos ir cambiando las rutinas e ir adaptándonos a los cambios que los bebés van teniendo y así como ellos deben hacerlo con nosotros.
Además la ruptura ocasional de la norma hace que los bebés sean más adaptables. Los bebés solo quieren estar con sus padres, si a mamá y papá les hace felices tener un cambio de escenario, que así sea.
Ahora lo que debemos hacer para poder viajar es crear nuevas rutinas. Para ello se debe analizar las capacidades que tiene cada quién (todos somos diferente), el destino donde desean aventurarse, el lugar donde podrán descansar tranquilos, las actividades a realizar, el horario local y lo más importante la accesibilidad a la atención médica.
Los bebés pequeños son más susceptibles a las enfermedades, pero cuando son realmente pequeños tienes más control sobre con qué y con quién entran en contacto.
La pregunta del millón, ¿Es difícil viajar con un bebé? Sí, pero a veces también lo es viajar sin un bebé, y todavía nos encanta hacerlo. Definitivamente hay más trabajo involucrado que tirar un puñado de pañales en tu mochila, pero eso no significa que no valga la pena.
A continuación, incluyo algunos consejos claves para comenzar:

Horarios de viaje
Sin importar el tipo de viaje que vayan a realizar (4 horas por carretera o ir a otro continente) les recomiendo que ajunten los horarios de viaje de acuerdo a la rutina que ya tienen con su bebé.
Por ejemplo: A los bebés normalmente les gusta viajar en automóvil por que el moviendo los hace sentir como en el vientre y los arrulla, por lo tanto podrían emprender el viaje por carretera después de haberlo alimentado, cambiado y sea momento de la siesta. Tomen descansos para estirarse, ir al baño, alimentarse, cambiar al bebé nuevamente y darle un poco de atención, así podrán emprender una vez más el camino tranquilamente.
Para un viaje corto en avión pueden aplicar la misma táctica. Así como en un viaje de larga distancia, pero en este caso lo mejor es optar por un vuelo nocturno directo, con el que todos podrán tener un poco de descanso y a cuándo lleguen a su destino el cambio de horario no sea tan drástico.
Si su vuelo es demasiado largo (20 horas o más) donde deberán realizar escalas, lo mejor es que opten por que al menos una de ellas sea lo suficiente larga como para tener un alojamiento donde puedan descansar lo necesario para poder continuar con el viaje.
Para más información mira mi artículo de cómo viajar en avión con un bebé.
Medicamentos y seguro medico
Esto es algo primordial tanto para los bebés como para los padres. Nunca debemos salir de casa sin un seguro médico de viaje (con o sin niños), en algunos países son requisitos para la entrada y además debemos estar listos para cualquier cosa que nos pueda llegar a suceder.
Así mismo siempre es importante llevar con nosotros un botiquín de viaje (en este caso con dos, una para los adulto y otro para el bebé). Normalmente los medicamentos para vienen en presentación líquida y también la podemos llevar con nosotros en la cabina.

Alimentación
La leche materna es la mejor comida para el bebé y también es la más fácil de “preparar” cuando estás de viaje. Pero es cierto que no todas las madres tienen este privilegio y por lo tanto hay que cargar con biberones, fórmula y todo la demás con lo que todas cargamos.
Las aerolíneas permiten que los padres podamos viajar con agua y la fórmula en la cabina para poder preparar los biberones cuando sea necesario, así como cualquier otro alimento para bebés que deseemos llevar.
Es verdad que no esta permitido llevar hielo para preservar los alimentos, pero sí esta permitido el gel refrigerante (gel de hielo) con lo que puedes llevar las papillas que preparas en casa o las que venden preparadas.
Porta bebés
Muchos porta bebés de tela liviana ofrecen un excelente soporte, mantienen las manos libres y no ocupan demasiado espacio cuando se guardan.
Los cabestrillos son otra buena idea, ayudará a cargar al bebé, pero también pueden servir como manta, cambiador o manta de lactancia.

cochecito o carriola
El tipo de viaje que vayas a realizar determinará si un cochecito liviano o uno todo terreno será más apropiado.
Los buenos cochecitos son fáciles de empujar y la mayoría son fáciles de plegar cuando es necesario. Brinda un descanso para el cuerpo de los padres y el del bebé ya que es más cómodo que en un porta bebés, le puede ofrecer algo de sombra y el bebé puede dormir.
toallas humedas
Las toallitas húmedas son las mejores amigas de los padres que viajan. No solo cumplen su propósito previsto, sino que también limpian las manos y las caras pegajosas; sirven como papel higiénico (no las tires dentro del inodoro), puede refrescarlo en días calurosos y puede limpiar cualquier superficies que usted o su bebé puedan necesitar tocar.
Las toallitas húmedas para pañales y el desinfectante de manos pueden hacer que los escenarios de baños públicos a veces repugnantes sean un poco más llevaderos.
ajusta el ritmo
Deberán ajustar el ritmo, el tratar de abarrotar sus días tanto como sea posible los pondrán a todos cansados y de mal humor.
Investiguen su destino para que puedan saber dónde pueden encontrar parques y otras salidas para bebés que sean fáciles y cómodas para todos.
Tener un balance en las actividades le ayudara a tener una buena armonía y un viaje más placentero donde todos pueden disfrutar.
Comenzar a viajar a una edad temprana hace que sea más fácil viajar con ellos y les inculca un amor temprano por los viajes.
A medida que crezcan, se podrán hacer viajes más aventureros con ellos.