¿Es posible surfear sin saber nadar? Sorprendentemente la respuesta es un sí.
Puedes encontrar playas donde se forman y rompen olas en aguas poco profundas, por ejemplo, durante la marea baja. En esos casos, puedes probar suerte, pero nunca lo hagas solo.
Primero debemos dejar claro que el surf es un deporte acuático que requiere un conjunto específico de habilidades físicas. Y la natación es una habilidad fundamental que todo el mundo debería tener antes de deslizarse en las olas.

Si eres lo suficientemente terco como para probar el surf y planeas aprender a surfear sin saber nadar, entonces al menos deberías reservar lecciones de surf y compartir con tu instructor de surf todas tus limitaciones.
Él o ella te guiará hacia tus primeras olas para principiantes, asegurándose de que uses un dispositivo de flotación personal y aprendas a flotar en el agua.
Hay algunas personas se sienten relativamente seguras y cómodas en una piscina, incluso si no saben nadar.
Sin embargo, esa confianza adicional en el agua podría ser potencialmente peligrosa en las olas, porque el océano siempre está cambiando sus variables.
Cuando estás en el mar pasando el mejor momento de tu vida, debes tener en cuenta los efectos de las mareas, las corrientes, el viento y el oleaje.

Los surfistas incluso llegan a la piscina para mejorar su destreza técnica y física. Por ejemplo, para desarrollar la capacidad pulmonar.
¿Por qué? Porque el acto de atrapar y montar olas a menudo tiene lugar en lugares que ponen en peligro la vida de un nadador no competente, y una correa no es un salvavidas.
Si te caes o se cae de tu tabla de surf, tendrás que depender de tus brazos y piernas para mantenerte a flote. Y eso pasa todo el tiempo. Si no nadas de regreso a la tabla o hacia la orilla, te ahogarás. Es primordial que no solo te sientas cómodo con el océano, sino que también sepas flotar, patear, divertirte y contener la respiración bajo el agua.
Si no sabes nadar, no puedes remar. Y el surf implica remar mucho. Sin saber remar en una tabla de surf, no podrás coger una ola.
En cierto modo, es como aprender a caminar antes de empezar a correr: una cosa precede naturalmente a la otra.